viernes, febrero 14, 2014

DAMIÁN IGUACEN BORAU - EL OBISPO CENTENARIO

FELICIDADES DON DAMIÁN
Aprovecho este post que tenía pendiente para felicitar a D. Damián en su centenario, según su biografía nació el 12 de febrero de 1916.

DESPEDIDA DE TERUEL
 
Después de diez años de servicio a la diócesis de Teruel-Albarracín, D. Damián se despide con una homilía en la Santa Iglesia Catedral. Se descubre a un Damián tierno, amoroso, doliente por el traslado, pero gozoso de cumplir la voluntad de Dios. Su humildad y incondicionalidad al servicio de la Iglesia se desprenden también de sus palabras.
Habla D. Damián de un saldo negativo en sus manos. Su humildad le lleva a decir y a censurar, todo lo que a él se refiere con una radicalidad y dureza propia, sólo de aquellos hombres, escasos, que toca el Señor con una gracia especial y que, a la vez, ellos saben responder y trabajar hasta gastarse.
Donde hay humildad hay sabiduría”, dijo D. Damián en ocasión de unos Ejercicios Espirituales a sacerdotes. Sus propias palabras revierten sobre él como boomerang. Damián, hombre sabio, hombre humilde.
Pide perdón a la diócesis de Teruel por lo que, según él y su lupa de aumento natural, son fallos. Desconcertante como Jesucristo, este Obispo humilde nos avergüenza a todos con su bajar y bajar hasta quedar tan bajo, que se convierte en autoridad, en eficacia de medios pobres, en ser el último de todos y brillar allí el poder de Dios, David que con su onda y sus guijarros mata al gigante porque se fía del Señor.
Recordadme como un Obispo enamorado de la Santa Iglesia, como un Obispo que ama a la iglesia incondicionalmente y se profesa adepto de su doctrina y disciplina sin límite ni condición alguna. En virtud de esa incondicionalidad dejo Teruel y voy a Tenerife, sin otros planteamientos que la obediencia aceptada con alegría y amor. Recordadme como un Obispo que os quiso mucho y anduvo con vosotros intentando mostrar los caminos del Señor”.
El desgarro de dejar Teruel después de tantos años de lucha y trabajo. Dejar a sus amigos. El amigo de verdad, según D. Damián “nos ayuda eficazmente para conocer la voz de Dios”. Dejar su contexto, sabemos, supuso morir un poco. El Padre exigente con los que ama, sin dar muchas explicaciones a sus elegidos, sin mucha lógica, hace que D. Damián se purifique, se santifique aún más. Un poco más, siempre más.
Pidió a los aragoneses que le recordaran como un Obispo que les quiso mucho y que anduvo con ellos intentando mostrar los caminos del Señor. Pero los aragoneses le recuerdan como un Obispo santo que les amó y que se encarnó y acompañó con una vida gastada siendo modelo y vida del camino del Señor. A continuación resumimos la homilía de despedida de D. Damián de Teruel.
“El 20 de octubre de 1974 comenzaba mi servicio pastoral a la diócesis de Teruel-Albarracín con una solemne Eucaristía, en esta Santa Iglesia Catedral,. Hoy, también aquí, con esta Eucaristía, clausuro mi servicio y me despido. Y lo hago dando gracias a Dios por estos diez años, que me ha concedido convivir con vosotros. Han sido una de las mayores gracias de Dios para mí...”
“De mi estancia en Teruel y de esta misma despedida pido a Dios que nos quede a todos una impresión placentera, grata y estimulante, un buen recuerdo. Me dolería que me recordárais solo como un Obispo que quería ampliar los límites, que defendía la posesión de un patrimonio cultural; ese no soy yo; ni eso es así. Recordadme como un Obispo enamorado de la Santa Iglesia, como un Obispo que ama a la Iglesia incondicionalmente y se profesa adepto de su doctrina y disciplina sin límite ni condición alguna. En virtud de esa incondicionalidad dejo Teruel y voy a Tenerife, sin otros planteamientos que la obediencia aceptada con alegría y amor...”
“Hoy mueren muchas cosas en mí, y para mí al dejar Teruel, al alejarme de vosotros. Pero creo firmemente que otras cosas mejores van a surgir de estas muertes. Todo cambio es de alguna manera, Pascua del Señor, es decir, paso del Señor que nos salva. Paso del Señor por Teruel y por Tenerife, para salvar a Teruel, para salvar a Tenerife. Demos gracias al Señor porque es bueno...”

Teruel 26 de septiembre de 1984
La aportación de D. Damián estuvo matizada por ese “raro encanto de ser el último de todos y el servidor de todos”

Fuente: Texto extraído del libro EL ÚLTIMO DE TODOS – PERFIL DE UN HOMBRE DE IGLESIA Autora: OLGA MARÍA ALEGRE
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